Por Kazuo Furusawa, Vicepresidente de la UITBB para la Región del Pacífico y Vicepresidente de la Kokko-roso
La actual situación en Japón y nuestros esfuerzos
La pandemia de COVID-19 está causando estragos en todo el mundo. Por ello, deseo manifestar mi más sincero homenaje a los numerosos trabajadores y compañeros, incluyendo a los trabajadores sanitarios que combaten en la primera línea, que están librando una batalla diaria, a pesar de adversidades sin precedentes,
En Japón, las instituciones de enseñanza primaria, secundaria y superior cerraron sus puertas a finales de febrero; a principios de abril se promulgó una «declaración de estado de emergencia» en todo el país. Hoy se ha levantado la declaración de emergencia en las ciudades y localidades, exceptuando el área metropolitana, pero muchos ciudadanos del área metropolitana todavía están obligados a no poder vivir como lo desean.
En virtud del estado de emergencia, se exigió encarecidamente a todos los ciudadanos que se abstuvieran de salir; y resultó inevitable la supresión de las actividades económicas y la suspensión de las actividades del diario vivir de los ciudadanos. Esto ha conducido a la suspensión de los ingresos de los propietarios de negocios y de los trabajadores; mientras tanto, la situación de pobreza real aumenta paulatinamente en el Japón.
Por estas razones, el gobierno japonés decidió inicialmente pagar 300.000 yenes (unos 2.500 euros) a los hogares pauperizados, pero éstos debían demostrar que eran pobres y postular usando un procedimiento muy complejo. Además, dado que los beneficiarios eran hogares, sin tomarse en cuenta el número de miembros de la familia, surgió una sensación de injusticia debido a las diferencias en la composición de las familias. La insatisfacción de los ciudadanos no se hizo esperar. Al fin y al cabo, el ingreso mínimo garantizado nacional es de 100.000 yenes (unos 850 euros) por persona; de hasta 1 millón de yenes para las empresas individuales (unos 8500 euros); y de hasta 2 millones de yenes para las grandes empresas (unos 17.000 euros). Hemos constatado que se ha establecido un sistema de préstamos a bajo interés para los propietarios de empresas. Sin embargo, comparado con el nivel de precios en Japón, se trata de un monto por una sola vez, que equivale a un 10% ó 30% del promedio mensual, lo cual es muy insuficiente si se considera el período de auto-confinamiento de más de 2 meses.
De esta manera, el actual gobierno japonés otorga prioridad a las políticas de austeridad por encima de las vidas de las personas, dado que el monto para la subsistencia es sumamente magro en comparación con otros países desarrollados y que no constituye una medida económica eficaz. El resultado es que el temor del fracaso comercial de las empresas auto-confinadas provocó la quiebra de más de 150 empresas y el cierre de muchas tiendas durante el mes de mayo, incluyendo a una importante fábrica de ropa.
En la industria de la construcción, se han suspendido 190 obras públicas de las aproximadamente 7.000 contratadas por el Ministerio de Tierras, Infraestructura, Transporte y Turismo, pero ello se debió a que un empleado que trabajaba en las obras de un importante contratista general resultó infectado y falleció. Muchos otros proyectos de construcción, tales como casas y condominios/edificios que operan en espacios cerrados, se han visto obligadas a cancelar los trabajos de edificación, aunque las condiciones reales de las obras de construcción privadas no pueden ser conocidos con exactitud. La situación es que esta actividad de negocios se detendrá.
La realidad muestra que está aumentando el riesgo de no pago a los subcontratistas y a los asalariados. Además, numerosos trabajadores de la construcción, especialmente los que están sujetos a un régimen de subcontratación, reciben una remuneración diaria, por lo que si dejan de trabajar perderán sus ingresos ese mismo día.
Nosotros, la organización japonesa miembro de la UITBB, actuamos conjuntamente con las cinco organizaciones sindicales de la construcción del área metropolitana de Tokio en una plataforma de «Acción de la Construcción» en torno a la Jornada Mundial de la Seguridad y la Salud Ocupacional, cada 28 de abril. Hemos celebrado una conferencia de prensa conjunta con un importante medio de comunicación, donde emitimos un llamamiento dirigido a la opinión pública. Además, durante la campaña de consulta telefónica realizada como parte del plan de acción, los trabajadores de la construcción y los propietarios de empresas manifestaron que: «Se han suspendido las obras de construcción, pero no se ha garantizado el pago de las cuotas de construcción”. Hemos recibido innumerables señalamientos llenos de inquietudes e interrogantes, tales como «No hay claridad sobre el pago de los salarios”.
A pesar de estas voces de los trabajadores en el terreno, el Ministerio de Tierras, Infraestructura, Transporte y Turismo, que es responsable de la industria de la construcción, ha «solicitado» a los subcontratistas que paguen adecuadamente a los subcontratistas, aunque es legalmente vinculante. Porque si no lo es, estamos frente a una situación precaria en la que no se puede decir que la protección de los trabajadores está debidamente asegurada.
Además de abordar la cuestión de qué hacer ahora con las contramedidas relacionadas con el COVID-19, creemos que habrá muchos casos de quiebras debido a la recesión económica resultante de la convergencia y que no se pagarán honorarios de la construcción ni salarios laborales debido a la suspensión de las obras de construcción. Muchos colegas que trabajan en la industria de la construcción se verán perjudicados: Por estas razones, seguiremos tomando medidas concretas ante los organismos pertinentes del gobierno japonés, incluyendo el Ministerio de Tierras, Infraestructura, Transporte y Turismo, encargado de los asuntos de la industria de la construcción, y el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar, responsable de la administración de los asuntos laborales. Fortaleceremos las negociaciones en solidaridad con el enorme número de trabajadores de la construcción afectados para que puedan emprender acciones y medidas.
Además, dado que el actual gobierno del ministro Abe muestra una clara actitud de no prestar atención a la vida de los ciudadanos y que es poco probable que aplique medidas concretas, se establecerá la conexión entre el movimiento sindical y el movimiento cívico que multiplicará la voz del pueblo. Estamos convencidos de que es necesario robustecer nuestros esfuerzos y acciones.
A todos los trabajadores de la construcción que son miembros de la UITBB: ¡Trabajemos duro y codo a codo, porque estamos encarando momentos difíciles!