Discurso del Secretario General de la UITBB, Michalis Papanikolaou, al CWFI India

Discurso del Secretario General de la UITBB, Michalis Papanikolaou, al CWFI India

Respuestas globales a la pandemia del Covid-19

Y el papel del movimiento sindical con orientación de Clase

 Por Mijális Papanicolaou,

Secretario General de la UITBB

2/9/2020

 

Estimados compañeros:

Me permito comenzar agradeciéndoles la invitación que me han hecho para hacer uso de la palabra y discutir con ustedes, en estos momentos tan difíciles para los trabajadores del mundo entero. Quisiera, en primer lugar, transmitir nuestro cálido y militante saludo impregnado de solidaridad internacional en nombre de todos los miembros de la UITBB.

Ninguno de nosotros ignora el hecho que la pandemia de COVID-19 ha afectado a todos los países en todos los continentes y ha creado circunstancias inauditas y difíciles, que los pueblos y los gobiernos están afrontando por primera vez. Para nuestra clase, la clase trabajadora, las cosas son incluso más graves, dado que la gente no tiene condiciones de trabajo y de vida adecuadas, tampoco los medios apropiados de protección, ni medidas de salud y seguridad en el lugar de trabajo y así sucesivamente. Puesto que los trabajadores se sitúan en la primera línea al cumplir sus tareas, ellos son las personas más afectadas por la pandemia. Cuando los empleadores eluden tomar las medidas adecuadas para garantizar el bienestar de sus empleados, entonces tenemos que hacer algo al respecto.

Las respuestas nacionales a la pandemia de COVID-19 han sido variadas; éstas han incluido medidas de confinamiento como cierres, cuarentenas y toques de queda. Al 27 de agosto de 2020, se han notificado más de 24,2 millones de casos de COVID-19 en más de 188 países y territorios, que han provocado más de 828.000 muertes. Más de 15,8 millones de personas se han recuperado del virus. Los países más afectados, desde la perspectiva del número de casos confirmados, son EE.UU., Brasil, India, Rusia, Sudáfrica, Perú, México, Chile, Reino Unido e Irán.

Veamos ahora cómo ha reaccionado cada región, con algunos ejemplos de países más significativos de cada una, basados en la información que recibimos de nuestros miembros en todo el mundo y en algunas investigaciones propias. Todos los países, unos en menor y otros en mayor escala, se vieron obligados a tomar medidas tras la extrema presión de la sociedad, los sindicatos y otros grupos organizados. Estas medidas no son permanentes y pronto terminarán. Podemos desglosar las siguientes:

–      Se impusieron cierres y toques de queda, especialmente en los primeros días de la pandemia, en marzo, abril y mayo. Estos cierres se están levantando gradualmente.

–      Las instituciones educativas han cerrado y, cuando ha sido posible, se han organizado clases en línea. La discusión sobre cómo se reabrirán las escuelas en septiembre, y sigue abierta la decisión sobre el uso obligatorio de una mascarilla por  los estudiantes.

–      Se impusieron restricciones a los viajes. La mayoría de los países cerraron sus fronteras a los viajes internacionales, imponiendo también restricciones a los viajes nacionales. Muchos países crearon categorías de viajeros según los casos de COVID-19 en cada país, con medidas de cuarentena, pruebas de COVID-19, etc. El turismo y, por supuesto, los trabajadores de este sector se vieron muy afectados, ya que la mayoría de los hoteles, restaurantes, etc. permanecieron cerrados.

  • Numerosos países anunciaron paquetes financieros que tenían como objetivo ayudar tanto a los trabajadores como a los empleadores/empresas. Muchos países pagaron un porcentaje del salario de las personas (en los negocios que cerraron) para que pudieran quedarse en casa y cuidar a los niños, cuyas escuelas estaban cerradas. Muchos países también redujeron los impuestos como el IVA, suspendieron los pagos de los préstamos y ofrecieron otras ayudas financieras.

– Diversos países anunciaron también programas sociales como la congelación de precios y el apoyo a los grupos socialmente más vulnerables, tales como los ancianos, los trabajadores migrantes, los trabajadores con hijos y otros.

 

Por supuesto, hay que decir que algunos de los planes eran más eficientes que otros, mientras que en algunos casos los trabajadores no conseguían nada. El entendimiento general es que los gobiernos ofrecieron demasiado poco y demasiado tarde. Como resultado de ello, el desempleo aumentó exponencialmente, los salarios se redujeron, las prestaciones se redujeron o se recortaron por completo y la gente se empobreció.

 

Estimados compañeros

En esta etapa quisiera ser más específico y mencionar lo que hizo cada región, con el ejemplo de algunos países importantes de cada continente:

 

  1. Europa

En la UE se han registrado hasta ahora 2 millones de casos de COVID-19 y 181 mil muertes. La Unión Europea ha creado un paquete masivo de recuperación conjunta para amortiguar las consecuencias económicas de la pandemia de coronavirus. Para hacer frente a la recesión más profunda de su historia, la UE ha creado un fondo para el coronavirus de 750.000 millones de euros que se repartirá en forma de préstamos y subvenciones a los Estados miembros más afectados. Esto se suma al presupuesto plurianual (siete años) de la UE, que asciende a un billón de euros.

La UE remitirá la mayor parte del dinero a los Estados miembros en forma de ayuda; y el resto en forma de préstamos con intereses bajos o exentos. Sin embargo, como veremos, estas medidas no fueron lo suficientemente efectivas, ya que por ejemplo el desempleo en la Eurozona subió al 7,8%.

Como ejemplo, Alemania ha tomado las siguientes medidas:

–        La canciller Merkel anunció un paquete económico de 130 mil millones de euros para ayudar a la recuperación económica

–        Lo mismo se aplica a los jubilados que reciben pensiones de vejez, donde el límite de ingresos suplementarios se ha elevado a 45.000 euros al año.

–        Se pagará una prima salarial única de hasta 1.000 euros a los trabajadores de la salud.

–        En 2020 se pagará a todos los padres una «prima familiar» de 300 euros por hijo.

A pesar de todo esto, la economía alemana cayó un 10%, la tasa de desempleo aumentó y el gobierno paga una parte de los salarios de los trabajadores, cuyas horas se recortan en lugar de ser despedidos. Unos 12 millones de trabajadores están insertos en el programa que dura de marzo a junio, aproximadamente un 90% más que durante la crisis financiera de 2008/9. Esto plantea la pregunta: ¿qué pasará con estos 12 millones de trabajadores cuando termine el programa? Lo más probable es que sean despedidos.

 

  1. América Latina

América Latina ha sobrepasado a Europa en cuanto al número de decesos, con 6 millones de casos y un total de 200.000 fallecimientos. No hay una respuesta uniforme a la pandemia, ya que los países adoptaron enfoques diferentes. Brasil es un ejemplo de lo que no debe hacerse para combatir la pandemia, ya que su presidente de extrema derecha, Bolsonaro, se ha negado a tomar medidas severas. Como resultado, Brasil ha padecido más de 3,7 millones de casos confirmados, el segundo más alto del mundo después de los EE.UU. México, Chile, Colombia y Perú, que también están luchando contra brotes importantes y aparecen entre los 10 países con más casos confirmados.

Según la OIT, hay un fuerte aumento del desempleo en América Latina y el Caribe, que ha dejado a millones de personas sin ingresos. La tasa de desempleo (que ya era del 8,1%), podría aumentar entre 4 y 5 puntos porcentuales, elevando el número de desempleados en la región a un récord histórico de 41 millones de personas. Si la crisis se agrava, lo que sin duda ocurrirá, la situación del empleo podría empeorar, amplificando las desigualdades sociales.

Tomemos el ejemplo de Brasil, que no ha tomado ninguna medida estricta. En Brasil, las medidas de reapertura se deciden a nivel estatal y no federal, por lo que las respuestas varían.

  • El establecimiento de una «subvención mensual de emergencia» para los ciudadanos más vulnerables, de bajos ingresos, informales, autónomos y desempleados.
  • La financiación pública de parte de los ingresos mensuales de los trabajadores a los que se les redujo el horario de trabajo durante la pandemia.

Sin embargo, estas medidas son bastante ineficaces. El pronóstico más reciente del Banco Mundial estima una caída del crecimiento económico del -7,2%, lo que elevaría la tasa de desempleo al 12,3%, mientras que si se consideran los últimos datos del FMI, una contracción del -9,4% llevaría los niveles de desempleo al 13%. En cifras absolutas, estas tasas implican que el número de personas que buscan empleo supera la cifra de  26 millones, antes de la pandemia, y pasa a 41 millones en 2020

 

  1. Oceanía              

                En Oceanía, hubo 34.500 casos de COVID-19 y 665 muertes, con 24 mil afectados en recuperación.

En términos generales, la zona se comportó muy bien, también teniendo en cuenta su aislamiento del resto del mundo. Australia ha anunciado unos 23.000 casos confirmados de COVID-19, incluyendo 8 mil casos activos y 361 fallecimientos hasta el 13 de agosto de 2020. Se han adoptado las siguientes medidas:

  • El paquete de ayuda económica del Gobierno es de 259.000 millones de dólares.
  • El paquete de salud de 2.400 millones de dólares del Gobierno, proporciona asistencia a todo el sistema de salud.
  • Australia ha introducido el pago por el mantenimiento del empleo (JobKeeper, en inglés) que va en ayuda de las empresas afectadas significativamente por COVID-19 de modo que puedan seguir remunerando a sus empleados.

Sin embargo, incluso en Australia, que es un país rico y distribuyó mucho dinero para luchar contra la pandemia, el COVID-19 ha afectado radicalmente el mercado laboral australiano, según una declaración oficial del Gobierno de ese país. Ha ocurrido una caída sin precedentes de las cifras del empleo, una grave disminución de las horas trabajadas, un aumento significativo del subempleo, cifras récord de personas que abandonan la fuerza de trabajo y la disminución de la oferta de empleo a un nivel muy bajo en esta década. Los jóvenes y las mujeres han resultado afectados de manera desproporcionada, aunque a algunas industrias les ha ido mejor que a otras. Se han perdido miles de puestos de trabajo y las vidas de muchos australianos se han visto muy sacudidas.

 

  1. África

En África los casos confirmados ascienden a 1,2 millones, con 29 mil fallecimientos y un millón de recuperaciones. Resulta evidente y debe subrayarse aquí que debido a las condiciones reales en el continente africano, numerosos casos quedan fuera de los informes, dado que las personas no tienen acceso a la atención médica. La mayoría de los casos señalados provienen de Egipto y Sudáfrica, donde existen datos fiables.

En Egipto, se han tomado las siguientes medidas:

–        6.400 millones de dólares para la economía

–      3 mil millones de dólares para el turismo

–      Una suma mensual de 25 euros para los trabajadores más pobres

–      Cancelación de deudas para empresas

La situación en África, el continente más pobre del planeta, es sumamente mala. La pandemia COVID-19 ha golpeado a África en un momento en que la región conocía un modesto crecimiento económico. La economía africana no puede hacer frente a los problemas causados por la pandemia. Se considera que el 35% de los habitantes de África son extremadamente pobres, mientras que el continente sigue acosado por innumerables múltiples desigualdades de acceso a las oportunidades económicas y sociales, en particular para las mujeres y los jóvenes, y entre ellos los discapacitados.

 

  1. Norteamérica

Los Estados Unidos se enfrentan a un importante brote de COVID-19 que ha cobrado la vida de 167 mil estadounidenses e infectado a más de 5 millones de personas en los 50 estados.

Específicamente, EE.UU. ha tomado las siguientes medidas:

–      2,3 billones de dólares (alrededor del 11% del PIB) de ayuda.

–      Las parejas que ganan hasta 150.000 dólares al año, reciben 2.400 dólares, mientras que los individuos que ganan hasta 75.000 dólares, reciben 1.200 dólares.

Sin embargo, EE.UU. ha sido golpeado duramente, también por causa de ineficaces y extrañas decisiones de su Presidente. Según el servicio de datos estadísticos de los EE.UU., en julio, 31 millones de personas informaron de que no habían podido trabajar. La tasa de desempleo pasó del 4,4% a 14,7%, el mayor aumento en un lapso de tiempo tan breve. Se trata de la peor tasa de desempleo en los EE.UU. desde la Gran Depresión de 1929. La pandemia también agravó otros problemas que enfrenta la sociedad norteamericana, como los problemas raciales, la violencia policial, etc., por lo que todavía vemos a los americanos enfrentándose a la policía en varios Estados.

 

  1. Asia

La pandemia COVID-19 comenzó en Asia en Wuhan, China, y se ha extendido ampliamente por el continente. Los países con el mayor número de casos de coronavirus confirmados son India, Irán, Turquía, Pakistán y Arabia Saudita. En Asia, el total de casos confirmados superó los 4 millones, con 3 millones en recuperación y 92 mil muertes.

No me detendré en la India, ya que ustedes conocen mejor la situación, pero me gustaría decir algunas cosas sobre Kerala, el Estado que ya tuve el placer de visitar hace unos años. Parece que Kerala ha manejado la epidemia mucho mejor que el resto de la India. Tiene una de las tasas de mortalidad más bajas de la India (0,4%) en comparación con la media nacional del 1,79%. El éxito de Kerala en la contención de COVID-19 ha sido ampliamente elogiado tanto a nivel nacional como internacional. Ello se debe al enfoque del Estado, con el gobierno progresista del Estado de Kerala, de proporcionar atención sanitaria gratuita para todos, de concienciar a la población, de organizar campañas exitosas como la de Romper la Cadena uno, etc., lo que pone de relieve el importante papel que desempeñan las circunstancias políticas para los trabajadores de todo el mundo. Por supuesto, nuestros compañeros indios pueden decirnos más sobre Kerala.

 

En China:

–      China ha sido golpeada duramente por el brote con más de 85 mil casos confirmados de COVID-19 y 4.500 muertes hasta el 13 de agosto de 2020. El gobierno impuso estrictas medidas de contención, distanciamiento social y un período de cuarentena de 14 días para los trabajadores migrantes que regresan.

–      Se han anunciado unos 500 millones de euros (o el 4,5 por ciento del PIB) para luchar contra COVID-19, que se gastarán en equipos médicos, asistencia social por desempleo durante un máximo de 6 meses, aumento de la asistencia social a las familias en dificultades y así sucesivamente.

Sin embargo, la economía china se redujo en un 6,8%. Según la OIT, el impacto sanitario, económico y político de COVID-19 ha sido significativo en toda Asia. La pandemia ha infligido un sufrimiento real, con un mayor impacto en los más vulnerables, y ha puesto de relieve las desigualdades. La falta de ingresos seguros y de protección social suficiente podría sumergir a decenas de millones de personas en la pobreza extrema en esta región.

 

Estimados compañeros:

Podemos ver claramente que los problemas y el sufrimiento de la clase obrera son más o menos los mismos a escala mundial, a pesar de las medidas adoptadas por los gobiernos. Hoy he intentado darles una visión global de lo que está ocurriendo durante la pandemia COVID-19, la respuesta de variados países y regiones y los resultados. Espero haberles dado una visión completa, porque es muy importante que comprendamos lo que está sucediendo a nivel mundial, para que podamos estar preparados para los ataques inminentes. Porque no podemos equivocarnos, compañeros, dado que las fuerzas del capital y otras reaccionarias ya han empezado a atacar los derechos, prestaciones y salarios de los trabajadores, en un intento por preservar sus beneficios. Entonces, ¿cuál será el próximo paso que deben dar los trabajadores? ¿Cuál es el significado de todos estos asuntos para los trabajadores, y qué debemos hacer como movimiento progresista de clase, para proteger las condiciones laborales y de vida de los trabajadores y de la clase obrera en general, en todo el mundo?

Cabe también añadir que, como se desprende claramente de los datos que hemos presentado más arriba, la pandemia ha afectado a todos los países del mundo, no escatimando ninguna región. En todos los casos, quienes han resultado más afectados son los trabajadores y las personas pobres. Esta situación es la misma que se repite en todas las crisis, ya que las fuerzas del capital siempre intentan trasladar la carga sobre los hombros de los más pobres. Casi en todos los países se adoptaron algunas medidas para luchar contra la pandemia, una más duras que otras, y los resultados son variados ya que algunos países lo hicieron mejor que otros. Sin embargo, lo que se desprende claramente de estos datos es el hecho innegable de que el desempleo aumentó bruscamente y que este empeorará todavía más cuando termine la limitada asistencia de los gobiernos  y cuando quede al desnudo el persistente agravamiento de las condiciones laborales y de vida de la clase obrera y de los graves problemas que aún no salen a la superficie.

Lo que también podemos señalar es que quienes han pagado el precio más alto en todo el mundo, y lo siguen pagando, son los pobres, los trabajadores y los que han visto reducidos sus salarios y prestaciones, los que han perdido sus empleos y que no tuvieron acceso a un buen tratamiento médico. Peor aún, lo que ha quedado en evidencia es el fracaso del sistema capitalista en la gestión de la sanidad pública, ya que en casi todos los países los gobiernos conservadores han privatizado los sistemas de sanidad pública que, efectivamente, no pudieron hacer frente a la pandemia, con la notable excepción de Kerala, donde el sistema de sanidad no ha sido privatizado. Esto sirve para ratificar que es correcta nuestra posición favorable a una buena administración pública de los sistemas de salud.

Desafortunadamente, la situación está lejos de haber terminado. Como dije antes, lo que está por venir después para los trabajadores será extremadamente difícil, ya que estamos convencido de que las fuerzas del capital utilizarán esta pandemia como pretexto para golpear los derechos de los trabajadores, reducir sus salarios, fomentar los contratos individuales, debilitar la acción sindical y hacer que los trabajadores paguen el precio de la crisis una vez más. Las clases gobernantes de todo el mundo y el capital organizado tratarán sin duda de explotar esta pandemia para crear nuevas realidades, a expensas de los trabajadores. En estos momentos, numerosos gobiernos conservadores de no pocos países en el mundo, se ponen al servicio de poderosos intereses y están desconfinando importantes sectores, como el turístico, sin tener en cuenta el hecho de que pueda ser demasiado pronto, si observamos que hoy ya se está produciendo una nueva oleada de casos de COVID-19 en todo el mundo. Y proceden así sin tomar las medidas sanitarias necesarias, poniendo en peligro la vida de las personas. En los próximos meses, se suspenderá la escasa ayuda de los gobiernos a los trabajadores desempleados durante la pandemia y éstos no tendrán con qué sobrevivir. Por el momento, sólo podemos imaginar lo diferente que sería el trato reservado a las personas si la economía se estructurara no en torno a intereses individuales sino al bien colectivo, y lo mejor que sería si la riqueza producida se distribuyera de forma justa, sin desigualdades sociales.

La situación es extremadamente difícil, compañeros, y será aún más grave en los próximos meses. La UITBB, en su condición de movimiento sindical progresista, mundial y de clase, afiliado a la FSM, está en contacto permanente con sus miembros en todo el mundo y ha estado recibiendo constantemente retroalimentación e información. Todo pone en evidencia los inminentes ataques de los empleadores. En algunos países eso ya ha comenzado. Nadie sabe hasta dónde nos llevará esta situación, por lo tanto debemos estar preparados para lo que venga. La UITBB, como movimiento sindical progresista global con orientación de clase, necesita estar preparada. En menester recurrir a nuestras herramientas más poderosas, nuestro sentido de la solidaridad internacional, nuestras acciones colectivas, nuestras actividades coordinadas y estar preparados para todo lo que venga. Compañeros, es nuestro deber, como líderes del movimiento sindical, estar presentes todos los días entre los trabajadores, preparándolos y educándolos, iluminándolos y guiándolos en el camino para resistir el tsunami de recortes de remuneraciones, reducciones salariales y ataques a los derechos adquiridos que se vislumbra en el horizonte. Recae un fardo muy pesado sobre nuestros hombros: hacer comprender a los trabajadores que sólo mediante la abolición de la explotación de unos seres humanos por otros, que sólo mediante la paz y el respeto la humanidad puede construir cimientos sólidos para el futuro. Necesitamos recorrer el camino del colectivismo y el bien común, ya que el mundo que nos rodea está en constante transformación.

Quisiera agradecerles a los compañeros de la confederación CWFI de la India por la oportunidad que me han brindado para hacer uso de la palabra ante los compañeros indios y ante todos los espectadores que estén observando estos debates en el resto del mundo. Permítanme terminar con un mensaje de optimismo respecto del futuro porque, a pesar de todo lo que he señalado anteriormente, tengo confianza plena en nuestra fuerza colectiva como clase trabajadora. Somos miles de millones, compañeros, y nada puede detenernos si nos mantenemos juntos. Tenemos algo que nuestros enemigos nunca tendrán: nuestro sentido de la solidaridad internacional. Estoy convencido de que si cumplimos correctamente nuestra tarea de preparación de los trabajadores, si profundizamos en nuestras verdades ideológicas de clase, si confiamos genuinamente en lo que hacemos, si trabajamos colectivamente y codo a codo como uno solo, esta lucha resultará victoriosa una vez más en bien de los trabajadores. ¡Si permanecemos unidos, no podemos ser derrotados!

¡La vida de la clase obrera no es una ficha de la ruleta!

¡Tomamos nuestros destinos en nuestras propias manos!

¡Viva la solidaridad internacional!

¡Viva la UITBB!