“Trabajo Precario y sus Consecuencias Negativas para los Trabajadores”

“Trabajo Precario y sus Consecuencias Negativas para los Trabajadores”

Por: Mehrunissa Ayub, Secretaria Adjunta (Sección de la Mujer), Federación Nacional de Organizaciones Sindicales de Paquistán (APFUTU)

El desempleo, la inflación, la educación onerosa y un mercado laboral saturado, son los problemas comunes que todos enfrentamos en la actualidad. Los ciudadanos necesitan trabajo no sólo para la autosatisfacción sino también para responder a las necesidades básicas de sus familias. Paquistán exhibe un mercado laboral saturado porque en todas partes se necesitan trabajadores talentosos y altamente cualificados, pero nadie fomenta la capacitación ni el esmero. No obstante, las empresas y organizaciones no están dispuestas a contratar personal cualificado y motivado porque desean seleccionar a los más talentosos con el acuerdo salarial más bajo que sea posible. La gente acepta trabajar con bajos salarios porque necesita subsistir hasta el final del mes; y por ello prefieren trabajar sobre tiempo o en varios sitios durante la jornada.

El trabajo precario  es un empleo fuera de las normas, que remunera de manera insuficiente en un entorno inseguro e insalubre; y en cuyo marco el/la trabajador/a no consigue sustentar a su familia. En las últimas décadas, la proporción de trabajo precario  ha aumentado a causa de la globalización, las instituciones privadas y el incremento de la demanda de tecnologías de la información. Todos estos factores implican altas exigencias económicas en los lugares de trabajo y provocan una caída de las normas laborales. El trabajo precario no basta para satisfacer las necesidades de los hogares, dado que está asociado a diferentes tipos de empleo, tales como los empleos parciales, temporales, el trabajo a la demanda, trabajo desde el hogar, empleos por temporadas y los empleos múltiples al mismo tiempo. En nuestra sociedad, una persona soltera pueden tener la obligación de sustentar a 10 miembros de su familia; entonces esta persona tendría que aceptar el trabajo precario en vez del desempleo, lo que en definitiva tiene consecuencias negativas sobre su salud física, desarrollo psíquico y su autoestima también.

Las organizaciones que aplican las políticas del trabajo precario  también están destruyendo el movimiento sindical y recortan los costos laborales. El trabajo precario se intensifica cuando los empleos permanentes y regulares no dan abasto y son remplazados por los empleos subcontratados, temporales y de corta duración. Sin embargo, los trabajadores luchan por recuperar las políticas de empleo permanente. Numerosas organizaciones ofrecen empleos temporales y los trabajadores son clasificados erróneamente como contratistas independientes. Estos trabajadores sufren de la inestabilidad laboral, los bajos salarios y las condiciones de trabajo más peligrosas, alejándose más y más de los derechos y beneficios de los trabajadores regulares. Los trabajadores precarios no perciben subsidios de salud o jubilación y les está prohibido adherirse a sindicatos. Los contratistas se apoderan del alto porcentaje salarial de los trabajadores temporales y no les pagan la remuneración completa por las ocho horas trabajadas, perpetrando una ilegalidad. Los trabajadores cuentan con el derecho a sindicalizarse, pero no lo hacen porque tienen temor de ser despedidos de estos empleos que no son permanentes.

Las organizaciones que recurren a las políticas de precariedad hacen ofertas para llenar necesidades de empleos permanentes, pero no dan respuesta a los criterios aplicables a los derechos y requisitos que son atribuibles a los empleados permanentes. Estas organizaciones (empresariales) exigen trabajo de alta calidad, pero no ofrecen remuneraciones proporcionalmente equitativas, lo que choca frontalmente con el derecho de cualquier empleado.

El trabajo precario no sólo está vinculado a las formas de trabajo atípico, sino también a las condiciones de trabajo peligrosas, que pueden atentar contra la salud física y mental del trabajador e incluso provocarle daños graves. Los trabajadores están expuestos en todo momento a sufrir lesiones, además de desarrollar dolencias relacionadas con el estrés hasta llegar a la depresión, mientras siguen batallando para obtener los recursos básicos que le permitan sobrevivir.

Además, el trabajo precario incide en sus relaciones personales y lazos emocionales del trabajador, puesto que cuando no se logra satisfacer las necesidades elementales, toda la comunidad recibe el impacto del estrés. Muchas personas no contraen matrimonio porque no están en condiciones de asumir una nueva carga dentro de su vida, con los consiguientes desequilibrios emocionales que pueden desembocar en rasgos de agresividad.

Las personas que están inmersas en el trabajo precario no están preparadas para abandonarlo a cualquier precio porque resulta sumamente difícil hallar otro empleo. De este modo, no consiguen educarse porque estas capacidades no son apreciadas en el lugar de trabajo. En algunos casos, dado que la remuneración es insuficiente, las personas no pueden alcanzar sus metas educativas por causa de los altos costos de la educación. 

Finalmente, este debate debe llevarnos a la conclusión de que ha llegado el momento de re-equilibrar las políticas planteadas por las organizaciones (de empleadores), que atropellan las normas de la Organización Internacional del Trabajo. La OIT debería, por su parte, revisar las condiciones y políticas de trabajo precario  y así ejercer un control sobre el desempleo.