Entrevista al colega Keisuke Fuse, Subsecretario General y Director de Asuntos Internacionales y Publicaciones de Zenroren (Federación sindical japonesa afiliada a la UITBB)
- ¿Cuál es la situación en Japón frente a la pandemia y especialmente en los sitios de trabajo? ¿Cómo se han visto afectados los trabajadores por la pandemia? ¿Hasta qué punto han sido afectados los derechos, los salarios y las prestaciones de los trabajadores?
En Japón ahora padecemos la tercera ola de la pandemia. Los nuevos casos diarios han oscilado entre 2000 y casi 3000. El PIB de abril a junio registró un descenso de -27,8%, cifra muy grave y similar a las de otros países de la UE; y de agosto a octubre, ésta fue inferior, en comparación con la de otros países del G7. Las consecuencias en el empleo también han sido devastadoras. Según estadísticas oficiales, 75.000 trabajadores fueron despedidos desde marzo, aunque esta cifra es superior, porque no contempla el empleo a corto plazo ni las cifras de quienes están excluidos del seguro de desempleo. Eso significa que la pandemia ha afectado sobre todo a las mujeres, los jóvenes y los trabajadores de edad avanzada que tienen contratos de trabajo precarios. Además, comprobamos con tristeza que el número de suicidios se ha elevado dramáticamente desde octubre. Las cifras de suicidios de mujeres fueron 1,8 veces mayor que las de octubre del año anterior; mientras que las cifras correspondientes a los hombres ascendieron 1,3 veces. El gobierno propuso un plan de subsidios para que los empleadores pudieran pagar una compensación a los trabajadores, aunque no era suficiente; a pesar de ello cerca del 30% de los trabajadores con licencia aún no han recibido la compensación, mientras que las mujeres rara vez o nunca recibieron esta compensación. Algunas grandes empresas anunciaron un paquete de jubilaciones anticipadas, como la aerolínea All Nippon Airways (ANA), que anunció la reducción del 30% de su personal y decidió recortar los pagos entre 30% y 40% el próximo año. La Oficina de Viajes de Japón (JTB, una de las grandes agencias de viajes) anunció que despedirá unos 6500 trabajadores a principios del año próximo (2021). Los trabajadores japoneses, en particular los que tienen empleos precarios, han sufrido intensamente la pandemia, dado que sus derechos son más débiles por lo general.
- ¿Qué medidas emprendió su organización para defender sus derechos?
Zenroren ha desplegado duras luchas para proteger el empleo de nuestros miembros; y hemos aumentado nuestros esfuerzos para llegar a los trabajadores no organizados con la finalidad de defender sus derechos también. Tenemos un número de teléfono gratuito para recibir consultas y llamadas de emergencia de los trabajadores con problemas. Además, hemos luchado en los sitios de trabajo para defender los derechos, el salario y el empleo de los trabajadores. Por ejemplo, uno de los principales consorcios de taxis de Tokio pidió a sus trabajadores que declararan una renuncia «temporal» y se acogieran a las prestaciones de desempleo durante el mes de marzo. Dado que Zenroren representa a una de las empresas del grupo, negociamos con el empleador y solicitamos la intervención del Ministerio de Trabajo. De este modo el Gerente Director aceptó nuestra propuesta y mantuvo a todos los empleados y recibió el subsidio gubernamental. Hemos obtenido victorias similares en otras industrias, en las que muchos trabajadores no organizados han soportado despidos o ceses de funciones. Zenroren hizo campañas para exigir una compensación por despido y, respaldado por una fuerte opinión pública, hemos logrado aumentar el pago máximo de 8800 a 15000 yenes, lo que fue un gran éxito. Aun así, los planes del gobierno contienen numerosos puntos débiles, por lo que seguimos exigiendo al gobierno que los rectifique y que genere mejores iniciativas de compensación por desempleo, así como subsidios para cubrir los salarios de los trabajadores esenciales y en particular para los sectores médico y sanitario.
- ¿Considera usted que la pandemia ha desenmascarado el fracaso de las políticas neoliberales?
Sí y mucho. Desde los años 80 hemos sido testigos de las políticas económicas y sociales de corte neoliberal. Un claro ejemplo es la reducción de casi un 50%, durante los últimos dos decenios, del número de consultorios de salud pública comunitaria en todo el Japón. Actualmente, son estos consultorios de salud comunitaria los que asumen la responsabilidad por la gestión de los pacientes de COVID, la gestión de los test PCR y la hospitalización de las personas en las comunidades locales. Además, reciben un gran número de llamadas y consultas de pacientes potenciales y de clínicas, mientras que simultáneamente se ha reducido en picada el número de trabajadores públicos en dichos centros. Algunos trabajadores trabajaron más de 140 horas extras en tan sólo un mes durante la pandemia. Por si fuera poco, el número de camas utilizadas para pacientes de COVID y otras enfermedades infecciosas también sufrió reducciones de 60 – 70% en todo Japón durante el mismo período.
- En julio recién pasado, específicamente el 29 y 30 de julio de 2020, ustedes realizaron la 30ª Conferencia de su organización sindical. ¿Podría narrarnos cuales fueron los principales asuntos que merecieron su atención y qué decisiones fueron aprobadas?
Nuestra nueva presidenta, la compañera Masako OBATA, resumió el plan de acción aprobado por Zenroren que puede consultarse en el siguiente enlace: http://www.zenroren.gr.jp/jp/english/2020/09/english200914_01.html
El gobierno sigue recurriendo a las políticas neoliberales para resolver la pandemia. Por ejemplo, la confederación empresarial y el Primer Ministro Suga impulsan el así llamado plan «Sociedad 5.0», con la finalidad de poner en práctica más plataformas digitalizadas en numerosas actividades de servicios públicos, como la educación, por ejemplo. Al mismo tiempo, recopilan información confidencial de las personas (historiales médicos, pagos de impuestos, registros de compras, cuentas bancarias, cualquier prestación pública a la que tengan derecho, como la pensión, etc.). No debemos permitir que esto siga ocurriendo. Tenemos que pasar por encima del fracaso de la política neoliberal y crear una política social y económica más decente, mientras realizamos esfuerzos simultáneos para organizar a más trabajadores en Zenroren.
- Dado que Japón es uno de los países más ricos del mundo y el más avanzado tecnológicamente, en Chipre y el resto del mundo se piensa que ello se refleja en la vida de los ciudadanos japoneses. ¿Es cierto?
Nosotros pensamos que esto no es verdad. Debido a la famélica política de los dueños del capital y del gobierno en las últimas 2 ó 3 décadas, los avances tecnológicos de Japón se han ralentizado significativamente. Japón ha perdido su ventaja en varios sectores tecnológicos, como los semiconductores, televisores y otros aparatos electrónicos. Fue una sorpresa comprobar que durante la declaración del estado de emergencia (que equivale a un confinamiento, pero no legalmente obligatorio) la mayoría de las escuelas públicas japonesas no podían ofrecer clases en línea debido al pobre equipamiento de las escuelas, mientras que tampoco tenían presupuesto para facilitar tabletas o computadores a sus estudiantes. Esto representa una diferencia notoria con respecto a la República de Corea, donde las escuelas pasaron rápidamente al modo de enseñanza a distancia, mientras utilizan tecnología avanzada para controlar la infección. Es vergonzoso que el gobierno central y los gobiernos locales se contenten con «solicitar» a las personas que se laven las manos, usen mascarillas, desistan de ir a restaurantes o eviten las reuniones numerosas.
- Los temas de la paz, el desarme y las armas nucleares, las consecuencias medioambientales y climáticas continúan siendo fuente de inquietud para los trabajadores en todo el mundo. ¿Cuál es la posición de su organización respecto de estos asuntos?
Zenroren subraya su reconocimiento por el respaldo que la confederación sindical P.E.O. y la clase obrera de Chipre aportan a la causa de la abolición de las armas nucleares. Efectivamente, tenemos un gran interés en el desarme nuclear, el desarme en general y la abolición de las alianzas militares, como también en el advenimiento de una economía y una sociedad más justas y más verdes. Como muy probablemente saben, el Tratado de las Naciones Unidas para la Prohibición de las Armas Nucleares fue adoptado en julio de 2017, y entrará en vigor el 22 de enero de 2021, es decir el año entrante, tras ser ratificado por 51 países. Desafortunadamente, los países en alianza militar como la OTAN, así como Chipre y Japón, no son partes integrantes del Tratado. Deseamos seguir desarrollando nuestra solidaridad para abolir las armas nucleares y las alianzas militares y lograr un mundo más justo y pacífico libre de armas nucleares. Nuestra demanda es la abolición de todas las plantas de energía nuclear, particularmente después de los accidentes nucleares de Fukushima en 2011. La crisis climática también es una preocupación muy fuerte en Japón, ya que experimentamos un número mayor de desastres naturales, como lluvias diluviales, tifones y tormentas de verano, que consignamos como resultantes del calentamiento global. Estamos trabajando estrechamente con las ONG medioambientalistas y las asociaciones de víctimas afectadas por la contaminación del aire y el agua y por otros comportamientos empresariales nefastos; a la vez que emplazamos al gobierno y a las grandes empresas para que apliquen políticas más ecológicas en la producción.
- ¿Cuál es la importancia de la solidaridad internacionalista en las actuales condiciones? ¿Cuál es su mensaje a los trabajadores de Chipre?
No podemos acudir a encuentros personales debido a esta pandemia, pero sí necesitamos una solidaridad internacional mucho más robusta, ya que las fuerzas del capital mundializado siguen siendo fuertes y está agrediendo a la clase obrera y a la democracia en todo el mundo. Están desencadenando un ataque a nivel mundial contra nosotros, por lo que se requiere de la solidaridad internacional de la clase obrera. Sabemos que los trabajadores de Chipre están comprometidos en una gran iniciativa para la solución de su problema de la división, mediante la construcción de puentes para salvar las diferencias y la organización de intercambios más allá de las «fronteras». Apreciamos enormemente su iniciativa, y esperamos seguir fortaleciendo la amistad y la solidaridad entre la clase obrera de nuestros países.