Durante las dos últimas décadas la UITBB ha participado plenamente en actividades nacionales, regionales e internacionales para promover una prohibición mundial de la producción, uso y distribución de amianto. Ha organizado varios seminarios, campañas y otras actividades para informar y educar sobre el peligro letal del amianto, “el asesino silencioso”, para denunciar a los países y las empresas, en particular de los países occidentales, que siguen produciendo y vendiendo este material a los países más pobres.
En este sentido, es importante mencionar la participación de la UITBB en, y su contribución a, la importante conferencia internacional sobre el amianto organizada conjuntamente por la Federación Sindical Mundial y la UITBB el 30 de octubre de 2013 en Atenas.
El amianto sigue afectando la salud y seguridad de los trabajadores, no sólo en la industria de la construcción (donde este material se ha utilizado ampliamente), sino en la sociedad en su conjunto, ya que todavía está muy presente en muchos edificios e infraestructuras y sigue siendo activamente utilizado en las nuevas construcciones.
En una serie de países en desarrollo el asbesto continúa siendo extraído y utilizado debido a su bajo coste y a la falta de alternativas económicamente asequibles. Además, las grandes corporaciones capitalistas y los países capitalistas ricos siguen produciendo y exportando este material letal a los países más pobres, obteniendo millones en beneficios de este comercio mortal.
Durante decenios se ha conocido y demostrado que el amianto provoca una serie de tumores malignos y enfermedades que conducen a la muerte, como el cáncer bronquial, la asbestosis, el mesotelioma pleural y otros trastornos de salud. Las enfermedades causadas por el amianto por lo general no aparecen inmediatamente después de la exposición al amianto, sino muchos años más tarde, a menudo cuando los trabajadores que han estado en contacto con el amianto se aproximan a la edad de jubilar.
Algunos países utilizadores del amianto todavía sostienen la opinión de que es posible el uso controlado del amianto, o que algunas formas de amianto son menos dañinas, a pesar de la existencia de pruebas fehacientes de que no existe un uso inocuo del amianto y de que las medidas para limitar su impacto han resultado insuficientes.
Según la Organización Mundial de la Salud, alrededor de 125 millones de personas en el mundo están expuestas al amianto en el lugar de trabajo y más de 100 000 muertes cada año son atribuibles a las enfermedades relacionadas con el amianto (mesotelioma, asbestosis, cáncer de pulmón, etc.).
La UITBB y su organización matriz la FSM sostienen la firme opinión de que todas las variedades de amianto, incluido el llamado amianto blanco (crisólito) representan un peligro mortal para los trabajadores y la población y por lo tanto se movilizan para conseguir la prohibición total del amianto.
La producción y el uso de amianto y otros materiales peligrosos deben ser examinados dentro del contexto de la agudización de la crisis global del capitalismo, cuando la explotación de los trabajadores aumenta a costa de la salud y la seguridad de los trabajadores y de toda la población. Los servicios sanitarios de atención preventiva, de salud ocupacional y de salud en general ven la reducción de sus presupuestos y observan las medidas de privatización o degradación significativa de los sistemas de salud pública en todos los países capitalistas del mundo. Los gobiernos capitalistas implementan una serie de medidas que transforman la salud que pasa de bien público a ser una mercancía cara de la que el capital y las multinacionales extraen multimillonarias ganancias. Esto priva a las grandes masas de trabajadores y a los pobres de su derecho a acceder a la salud y a los servicios sociales.
En vista de la gravedad de la situación y del nivel de la amenaza inherente a la continua utilización del amianto, teniendo en cuenta las dificultades existentes en los países más pobres y la posición explotadora e imperialista de las grandes corporaciones y de los gobiernos que los defienden, la UITBB continúa planteando las siguientes demandas:
1. Dar prioridad a alternativas más seguras e implementar una transición ordenada hacia dichas alternativas. Los trabajadores y las comunidades deben estar protegidos de la exposición a las fibras durante el período transitorio.
2. Establecer un régimen de diagnóstico para que las víctimas pueden ser diagnosticadas correctamente y recibir el tratamiento médico y rehabilitación oportunos.
3. Efectuar reparaciones financieras para las víctimas de enfermedades relacionadas con el amianto mediante el pago de una compensación equitativa.
4. Imputar judicialmente a la empresas que participan en la transferencia de la producción de amianto hacia los países en vías de industrialización y hacerlas penalmente responsables en el país de origen y en el país de operación.
5. Ratificar el Convenio 162 de la OIT y trabajar hacia el desarrollo de Programas Nacionales de Eliminación de las Enfermedades Relacionadas con el Asbesto)) de una manera oportuna. (www.who.int/occupational_health/publications/elim_asbestos_doc_sp.pdf)
6. Actuar en todos los ámbitos, en foros nacionales, regionales e internacionales, en particular en la OIT y la OMS en favor de la aplicación de la prohibición mundial del amianto.
La UITBB es partidaria de un sistema de salud accesible gratuitamente, público y de alta calidad, y de una seguridad social pública y gratuita. El proteger la salud de los trabajadores contra los peligros y riesgos de los materiales como el asbesto en el trabajo, y el actuar en favor del bienestar de los trabajadores es una demanda que forma parte integral de la lucha de clases de los trabajadores y sus sindicatos en contra de la explotación capitalista