Intervención de Mijális Papanicolaou, Secretario General de la UITBB Reunión Euro-mediterránea de la UITBB en Atenas

Intervención de Mijális Papanicolaou, Secretario General de la UITBB, Reunión Euro-mediterránea de la UITBB en Atenas. 

Puedes ver el video y el texto aquí:

Compañeros:

En primer lugar deseo saludar, en nombre de la UITBB, a los compañeros de la Federación de Trabajadores de la Construcción y Actividades Conexas de Grecia, por su hospitalidad y por la oportunidad que nos ofrecen para realizar esta importantísima reunión en su país.

Compañeros, los trabajadores en todos los rincones del planeta están padeciendo las consecuencias de la expansión de las guerras imperialistas. Simultáneamente están sometidos a la violenta embestida que representan las medidas contra los trabajadores, ya sean reducciones de salarios o de prestaciones sociales, además de las amenazas contra las actividades sindicales y la abolición del derecho a huelga. 

Compañeros, hemos decidido organizar esta reunión porque que pensamos que las intervenciones que serán presentadas y los debates que les seguirán, estaremos en mejores condiciones de comprender las verdaderas causas de los conflictos bélicos actuales.

Además, después de ilustrar las verdaderas causas, necesitaremos perfeccionar la organización de nuestra labor entre los trabajadores para llegar a su conciencia e incidir en su enfoque, denunciando a quienes son los culpables: los imperialistas.

Simultáneamente, mediante esta acción, debemos preparar a los trabajadores ideológica y políticamente hacia la posición que el Movimiento Laboral debiera asumir antes, durante y después de cada guerra imperialista.

El capitalismo monopólico ha llegado a su fase superior, el imperialismo. La larga y profunda crisis capitalista conduce a una agudización de las antítesis y antagonismos inter-imperialistas. Cuando las potencias imperialistas no se llevan bien, su única solución para incrementar las ganancias es el desencadenamiento de la guerra. Este hecho no es una invención de nadie en particular, ni puede ser controlado por nosotros dado que es una emanación del carácter mismo del sistema capitalista. Cuando las potencias antagónicas no se ponen de acuerdo, somos arrastrados a la guerra; y debemos estar preparados ante la realidad que cuando una guerra cesa, no tardará en hacer erupción un nuevo conflicto bélico.

La región donde vivimos concita un interés extremo para los monopolios capitalistas y las potencias imperialistas debido a que, por una parte, posee una plétora de materias primas e hidrocarburos y, por otra, es una zona geográfica muy importante desde las perspectivas geopolíticas y geoestratégicas. Las intervenciones imperialistas en esta área comenzaron con la invasión de Irak, bajo el falso argumento de unas supuestas armas químicas y nucleares en poder de Saddam Hussein. La invasión y ocupación de Irak por los EE.UU. y sus aliados, ha tenido consecuencias desastrosas para el pueblo iraquí.

Después vino el turno de Libia con el cacareado lema de la democracia, pero allí las potencias imperialistas procedieron a destruirlo todo, provocando nuevamente gravísimas consecuencias para su pueblo.

El blanco siguiente fue Siria, donde gracias al cultivo del fanatismo religioso los imperialistas siguen pulverizando un país entero, con costes incalculables para el pueblo sirio.

A partir de estos ejemplos, podemos observar claramente las nuevas modalidades de las guerras imperialistas. De allí se desprende que la tarea que enfrenta el movimiento laboral de cada país consiste en trabajar específica e incansablemente, para que las artimañas de los imperialistas sean desenmascaradas frente a los trabajadores. No es una tarea fácil, ni mucho menos, pero ésta asume una extraordinaria importancia y debemos actualizarla.

Desafortunadamente, resulta muy difícil para las masas comprender todas estas nuevas formas de la guerra y actuar en consecuencia. Los pueblos observan la militarización de sus vidas en lo personal, con la presencia del ejército y la policía por doquier, sin poder reaccionar.

Por el contrario, en la etapa actual tienen una sensación de seguridad a causa de las medidas de despliegue de fuerza emprendidas por los gobiernos burgueses. El yihadismo y las variadas redes terroristas, generadas por los imperialistas, son utilizados como pretextos para efectuar intervenciones inmediatas en distintos países; sirven también como instrumentos que serán esgrimidos como una razón por los gobiernos burgueses, hoy y en el futuro, para suprimir cualquiera movilización de los trabajadores que contradigan sus intereses.         

Lo mismo ocurre en todas partes. Tan sólo varía el pretexto. Los beneficiarios exclusivos de esta situación son los círculos imperialistas; mientras tanto los pueblos de los países afectados entierran a sus muertos, se hunden en la  miseria y se ven forzados a emigrar como refugiados.

Sólo en el mes de abril, el número de ahogados en el mar Mediterráneo sobrepasó la cifra de mil personas que buscaban refugio, un récord para ese período. Y por más que la Unión Europea derrame lágrimas de cocodrilo frente a esta tragedia, ella no consigue engañar a nadie porque la UE al mismo tiempo participa, activa o pasivamente, en las intervenciones que desestabilizan regiones enteras de África y el Oriente Medio.

Teniendo en cuenta la participación y presencia el día de hoy en esta reunión de los compañeros de Siria y El Líbano, quiero expresar una vez más nuestra infinita solidaridad a los pueblos de esos países y, al mismo tiempo, comprometernos a intensificar la lucha de clases en los planos nacional e internacional, con el firme propósito de alcanzar las metas que nos hemos fijado en nuestra condición de Movimiento Sindical Internacional a fin de erradicar la causas básicas de las guerras.

Desde una perspectiva general, tiene suma importancia la posición del movimiento sindical de los trabajadores respecto de la guerra. Lo mismo es válido para sus bases y la organización de la lucha, que guían a los trabajadores con lineamientos de clase para repeler los ataques y comprender nítidamente que las guerras son organizadas por los gobiernos burgueses de los países capitalistas utilizando variados pretextos con el claro propósito de fomentar sus intereses.

Estos ataques contra los trabajadores de numerosos países es una agresión de clases que tiene su origen en variados centros capitalistas, tales como la Unión Europea y la OTAN.

Por lo tanto, la clase trabajadora debería estar preparada local e internacionalmente para enfrentar a la clase burguesa.

Nuestros antecedentes ideológicos y políticos, nuestra situación organizativa y nuestra solidaridad internacional, deben ascender a los niveles más altos posibles de manera que, bajo las condiciones correctas, podamos tomar los asuntos en nuestras propias manos y conducir a los trabajadores hacia la salvación y la creación de una nueva sociedad.

Compañeros:

En esta intervención, en nombre de la Unión Internacional Sindical de los Trabajadores de la Construcción, la Madera y Materiales de Construcción, quisiera también recalcar lo siguiente:

  • El capitalismo ha entrado en su fase superior y final –la fase imperialista. Es dable esperar que, teniendo además en cuenta la profundidad y la duración de su crisis sistémica, se registre un aumento de las guerras regionales y locales, sin excluir la posibilidad de una guerra mundial imperialista debido a la exacerbación del clímax de las antítesis entre los países más poderosos del planeta y sus aliados.
  • Para el movimiento de los trabajadores organizados, debería resultar claro que todas las guerras que se están librando, independientemente de sus pretextos y formas, son guerras imperialistas, que están siendo piloteadas efectivamente por las clases burguesas de los diferentes países y cuya función es garantizar y maximizar las ganancias de las potencias imperialistas que antagonizan entre sí. Además, el fortalecimiento de las luchas cotidianas de los trabajadores por sus derechos, debería ir acompañado con el robustecimiento de las luchas destinadas a derribar al sistema capitalista, explotador e injusto, que es el verdadero instigador de las guerras que acarrean toda suerte de consecuencias nefastas para los trabajadores.
  • La única guerra progresista que ha de librarse en el futuro será la que despliegue la clase trabajadora para edificar una nueva sociedad global socialista. Cuando se alcance este objetivo en los países más importantes del planeta, seremos testigos del verdadero término de las guerras y el predominio de la Paz Mundial

Y puesto que la clase trabajadora debe preservar una línea común y clasista en todos los países, la UITBB se compromete a continuar sus esfuerzos organizados en pos de esta meta, empleando todas las potencialidades a su alcance, para combatir el nacionalismo, el chovinismo, y para desplegar la solidaridad con los refugiados inmigrantes y con todos los demás pueblos del mundo.