Hoy, Kazajstán se enfrenta a graves problemas, y no sólo en el campo económico. La crisis de la política interna y externa del Estado ha llevado a consecuencias irreversibles.
Durante todos estos años de independencia, una serie de cuestiones pendientes se han acumulado detrás de una fachada de cacareada prosperidad, lo que finalmente condujo al descontento y frustración de toda la población, independientemente de la ocupación y del estatus de las personas. Las enmiendas a la legislación vigente han dado lugar a una restricción de los derechos y libertades que ya eran limitadas. Las modificaciones iniciadas por el gobierno y apoyado por el Parlamento se adoptaron fácilmente a pesar de la opinión de los votantes.
La adopción del nuevo Código del Trabajo y el Código de Procedimiento Administrativo, la Ley de Sindicatos y varios otros proyectos de ley, sólo buscan preservar el poder personal. Han destruido la esperanza de reconstruir el país, su desarrollo y su democratización.
La entrada en la Unión Euroasiática despertó opiniones divergentes y el pueblo de Kazajstán estuvo muy divididos en su evaluación de la decisión. Unirse a la Unión Euroasiática no ha tenido el impacto más ventajoso en términos de bienestar general (devaluación de la moneda nacional, dependencia de la situación económica de la Federación de Rusia). Los ciudadanos de Kazajstán – trabajadores y empleados, y trabajadores en paro – se ven reducidos al papel de espectadores y se vieron obligados a hacerle frente a las consecuencias de esa decisión. Las sanciones contra Rusia tuvieron un impacto muy doloroso en el bienestar de la gente de Kazajstán.
Teniendo en cuenta que Kazajstán tiene petróleo, gas, metales preciosos y muchos otros recursos naturales, y sólo 17 millones de personas, el anuncio del gobierno sobre la crisis y la propuesta hecha al pueblo de apretarse el cinturón suena como un desaire.
Los partidos de la oposición fueron exterminados, los opositores políticos están en el exilio. Los sindicatos que basan su acción en un enfoque de clase son la única fuerza capaz de luchar por un futuro digno. Son los trabajadores que están a menudo privados de sus derechos, y sin embargo representan la mayoría de la población
Un nuevo Código del Trabajo y una nueva ley sindical han sido adoptados con el fin de restringir y controlar la actividad de los trabajadores militantes. El papel de los sindicatos oficiales, que ejercen su dominación con la ayuda de los recursos del gobierno, es conocido por todos. Los trabajadores nunca han tenido y ni tienen confianza en estos sindicatos. Sin embargo, dado que cuentan con el apoyo del Estado y que los sueldos de sus funcionarios son pagados por las contribuciones de los trabajadores, la Federación de Sindicatos de Kazajstán (FPRK) actúa como un elemento de disuasión alineandose sobre las posiciones de los empleadores y gobierno. Recientemente, la FPRK ha sido aceptad como miembro de la CSI.
Esto desvela la verdadera naturaleza de los sindicatos corruptos y revela el acuerdo bajo la mesa pactado a nivel mundial. Con esta decisión, la CSI muestra su esencia venal. Ella era muy consciente del papel y de las acciones del FPRK, que ha implementado y sigue llevando a cabo las instrucciones de los empleadores y de las estructuras oligárquicas relacionadas.
Actualmente, Kazajstán está experimentando grandes dificultades debido a la caída de los precios del petróleo. El gobierno intentó, sin éxito, ocultar los problemas reales. Los trabajadores se sienten cada día más y más afectados por el deterioro de su calidad de vida y su bienestar.
Los que se atreven a asumir el papel de líderes sindicales son inmediatamente sujetos al control y la represión en diferentes niveles. Yo mismo he sido despedido por participar en la conferencia sindical en Bruselas. A mi regreso de Bruselas, recibí una carta de despido por absentismo laboral.
En conclusión, quiero mencionar el caso de la empresa «Kazakhmys» en la ciudad de Dzhezkazgan. Esta forzada a lentamente frenar su producción.
Las garantías sociales que ha proporcionar el propietario de la empresa tuvieron que ser asumidas por el Estado. Sin embargo, cada uno metalúrgico, cada minero es conciente del deterioro de su nivel de vida.
Pase lo que pase y cueste lo que cueste, vamos a luchar por nuestro futuro! Siempre vamos a actuar en apoyo de nuestros hermanos y darles nuestra solidaridad en todo el mundo!
Gracias por estar con nosotros!
Andrei Prigor, Sindicato Zhanartu, Kazajstán