Intervención de Mijális Papanikolau, Secretario General de la UITBB, en la reunión de Asia-Pacifico. Kerala, India, 10 de diciembre de 2016

 

Estimados compañeros:

Quisiera saludarles a todos y cada uno de ustedes y al mismo tiempo permítanme expresarles mis sinceros agradecimientos a nuestro compañeros indios por su cálida acogida y por su hospitalidad.

Esto es una prueba de la sólida relación que existe entre los compañeros indios y la UITBB mientras, al mismo tiempo, pone de relieve el hecho de que la solidaridad internacional ocupa un lugar elevado en las prioridades de todas las organizaciones que están afiliadas a la UITBB.

Compañeros, la desigualdades en todo el mundo siguen existiendo y, desafortunadamente, con cada día que pasa, se profundiza la brecha entre los pocos que representan el capital y los muchos que son los trabajadores.

Esto seguirá así mientras el capitalismo siga siendo el sistema económico dominante en el mundo, porque es a través de la propia naturaleza del capitalismo que se perpetra esta enorme injusticia.

Ahora nos damos cita en la región de Asia-Pacifico, donde celebramos esta reunión regional de las organizaciones de la industria de la construcción, sabiendo que en esta parte del planeta están en su apogeo las intervenciones imperialistas.

El objetivo principal de estas intervenciones es preservar la hegemonía de los diversos centros imperialistas en diferentes zonas y proceder a una redivisión del mundo. El instrumento principal para alcanzar este objetivo es la guerra.

 

Los imperialistas intervienen brutal y descaradamente en los países con el fin de controlar su importancia geoestratégica y también sus recursos energéticos. El costo de estas guerras recae sobre los hombros de los trabajadores y los sectores socialmente más vulnerables, las mujeres y los niños.

Las guerras imperialistas en Siria e Irak se están librando desenfrenadamente y las potencias imperialistas  intervienen abiertamente en los asuntos internos de estos dos países, para imponer la ejecución de los planes neo-liberales de los gobiernos burgueses y los centros decisores capitalistas occidentales. Como siempre ocurre, son millones de refugiados y personas desfavorecidas quienes han sido sacrificados en el altar de una búsqueda vertiginosa de ganancias. Condenamos enérgicamente estas prácticas y extendemos nuestro respaldo a los camaradas en esas áreas geográficas, que luchan contra esas intervenciones.

No obstante, estas injerencias imperialistas no se materializan únicamente en su faceta bélica. También asumen otras formas en esta región, tales como el acuerdo financiero de libre comercio TPP entre los EEUU, Japón y otros países (Acuerdo TransPacífico). Este acuerdo cubre aproximadamente un 40% de la economía mundial, y crea un bloque con menos aranceles comerciales para muchos productos. De aprobarse el TPP, colosales empresas multinacionales podrán iniciar procedimientos judiciales contra los gobiernos, incluso extranjeros, si éstas consideren que sus beneficios son afectados negativamente. Resulta fácil entender que con esa herramienta tendrán la capacidad, mediante su potencial financiero y político, como también las extensas áreas de actividades, de influir en los pueblos y en las situaciones con el propósito de seguir incrementando las superganancias a expensas de las condiciones de vida y de trabajo de los trabajadores y el pueblo en general. Detrás de dicho acuerdo subyacen los beneficios de unas pocas empresas multinacionales y la explotación de las mayorías. Es por ello que expresamos nuestra solidaridad y apoyo total, conjuntamente con nuestros saludos militantes a los compañeros de esos países en su lucha contra el TPP.

Además, no podemos dejar de señalar nuestra posición respecto de las armas nucleares. Es enorme la amenaza que plantean las armas nucleares en contra de la humanidad, no sólo durante los periodos de guerras sino también en épocas de paz, como lo ha demostrado el accidente nuclear de Fukushima hace pocos años. Los movimientos progresistas de todo el mundo están exigiendo la abolición total de las armas nucleares y nosotros unimos nuestras voces a las de ellos al  reiterar nuestra exigencia emanada durante el Seminario Asia-Pacífico realizado en Hanoi en 2014. Al proceder así, nosotros, los trabajadores de la construcción, podemos trabajar en la paz y contribuir al advenimiento de un mundo mejor, libre de las armas nucleares.

Finalmente, en Japón, la reforma del Artículo 9 que prohibía el envío de soldados japoneses al extranjero, ha marcado una nueva era para ese país del Pacífico. En Noviembre, por vez primera desde la Segunda Guerra Mundial, Japón ha enviado tropas a Sudán. Manifestamos nuestra solidaridad con los compañeros japoneses y su lucha contra la reforma de la Constitución japonesa y contra las políticas nefastas y beligerantes del Primer Ministro Abe, con las que éste abrió la senda para involucrar a los militares japoneses en la operaciones bélicas dirigidas por los EEUU y la OTAN, con las que se hacen peligrar la paz y la seguridad.

Estimados compañeros, es en medio de estas difíciles condiciones en todo el mundo, que nos reunimos hoy en esta ciudad. Resulta evidente que estas reuniones regionales son extremadamente importantes porque ellas nos permiten organizarnos internacionalmente, intercambiar experiencias, arribar a conclusiones útiles y ponerlas en práctica, siempre dependiendo de nuestras posibilidades. Al actuar así siempre debemos tener presente nuestras metas comunes: las luchas organizadas que ejercen presión sobre los gobiernos locales y la creación de alianzas con partidos políticos para poder participar en la elaboración de las medidas que afectan nuestras vidas, como también la utilización de las organizaciones internacionales por el bien de los trabajadores. Debemos tener conciencia de que estamos unidos por nuestro enfoque ideológico y de clase, que las luchas son comunes para todos los trabajadores y que nuestra meta final es la elevación de las condiciones de vida y trabajo de los trabajadores y sus familias. En estas luchas comunes que se libran en todo el mundo, es la UITBB la que nos une y orienta.

 

Hasta la fecha de hoy, hemos realizado 9 reuniones regionales de Asia-Pacífico:

  1. Diciembre 2001, Australia
  2. Agosto 2004, India
  3. Marzo 2005, Vietnam
  4. Marzo 2006, Japón
  5. Febrero 2007, Filipinas
  6. Abril 2008, Nueva Zelanda
  7. Marzo 2009, Indonesia
  8. Septiembre 2012, Bangladesh
  9. Octubre 2014, Vietnam

 

En estos encuentros, algunas de las decisiones que aprobamos tenían relación con la organización de actividades en torno a variadas Jornadas de acción, tales como el 8 de Marzo (Día Internacional de la Mujer), 1º de Mayo, 12 de junio (Jornada Mundial contra el Trabajo Infantil), 3 de octubre (Día de la Fundación de la FSM), 25 de Noviembre (Jornada International por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres), 1º Diciembre (Jornada Mundial del SIDA) y 18 Diciembre (Jornada International por los Migrantes).

 

Algunas de las decisiones de estas reuniones versaban sobre los siguientes temas entre otros:

– Crisis capitalista global

– Protección de los trabajadores migrantes y de sus derechos civiles, financieros y culturales

– Salarios mínimos

– Reformas agrarias rápidas

– Cambio de las políticas que dieron origen a la crisis, tales como las privatizaciones, etc.

 

No debemos decepcionarnos si no alcanzamos un éxito en algunas de estas cuestiones. La lucha continúa y aunque parezca dura y distante lo conseguiremos hasta el triunfo final.

 

En las luchas que he descrito más arriba y que están enmarcadas en condiciones tan difíciles, nuestra Unión International está llamada a desempeñar un papel crucial, siempre en estrecha relación con la FSM. Quisiera señalar aquí que estamos especialmente complacidos de ver que la FSM está creciendo, puesto que una FSM fuerte significa una UITBB robusta, lo que consecuentemente significa una mejor organización de las acciones y actividades, una unidad con orientación clasista y también unos mejores resultados de nuestras luchas. Todas las organizaciones deben tener presente, en sus combates cotidianos, local e internacionalmente, la solidaridad entre los trabajadores. Sólo si permanecemos unidos podremos tener éxito. Por lo tanto, debemos recurrir siempre, como una brújula moral, al contenido clasista de nuestras luchas, con la meta ulterior de alcanzar una sociedad libre de la explotación del hombre por el hombre, que esté edificada para favorecer a los trabajadores

 

Con estas palabras, quisiera declarar inaugurada nuestra reunión regional de Asia-Pacifico. Estoy convencido que las opiniones que será expresadas y las posteriores decisiones que serán adoptadas en función de las acciones serán una contribución significativa a las luchas de los trabajadores en todos los continentes y especialmente en la región de Asia-Pacifico, impulsando el avance hacia una vida mejor y un futuro prometedor.